________Cuaderno Ð Madrona____

   

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________Perogordo____

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Patrimonio

 

 

La entrada por el Camino Natural Vía Verde del Valle del Eresma, nombre desacertado donde los haya, por cuanto es largo, impronunciable, pretencioso, irrecordable, del todo falso, y rechina su reiteración: ¿a qué ton lo nombramos como camino y como vía...?

No es del todo ni en todo momento verde; no es un camino natural, es una vía ferroviaria reconvertida; y sobra lo del Valle.

Bastaría con llamarlo Vía del Eresma.

Normalmente, incluso en España, los ríos discurren por valles y resulta muy improbable encontrar alguno trepando por los cerros.

Lo primero que encontramos es la iglesia de San Sebastián, y unas eras enormes cuyo verde declara la sequía de la primavera de 2017.

 

 

Antes sólo había un camino de entrada, que era el citado Camino Real de Ávila.

Con la reconversión de la Vía Férrea Segovia-Medina, Perogordo se encuentra con una oportunidad muy interesante.

La Vía del Eresma tiene éxito y tendrá más, lo que convierte a esta localidad, por su ubicación, en un punto estratégico con muchas posibilidades.

 

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Se trata de un templo moderno, sencillo, sin torre y con espadaña para las dos campanas, y que ha sido restaurado hace unos 18 años.

En Perogordo viven ahora pocos vecinos, por lo que es de suponer que esta iglesia satisface bien sus necesidades.

Fue construido en 1570 por los vecinos de la zona.

El templo fue anexo a la parroquia de San Millán hasta que en 1843, según el diccionario de Madoz, fue declarado independiente.

Posteriormente fue unida a Madrona. Hacia el siglo XIX, la iglesia estaba dedicada a la Visitación de Nuestra Señora.

En la actualidad, su exterior es sobrio, con una gran puerta de madera y una espadaña de ladrillo con un pequeño balcón para poder voltear las campanas.

Su interior está bastante cuidado debido a una reforma que se produjo a principios de los años ochenta, perdiendo el artesonado de madera a dos aguas que tenía en buena parte de la iglesia o el suelo de piedra de granito, según recoge el libro La Catorcena de San Millán, de 1977, y tal y como confirman los vecinos.

Lo que sí conserva es la cubierta con bóveda de nervios, cuya clave central tiene un bonito grupo escultórico, un jarrón de azucenas y la fecha de construcción, 1570.

También destaca en el templo su enorme pila bautismal, al fondo de la iglesia, y varias tallas, como la de San Sebastián y la de la Visitación, así como su retablo mayor barroco de talla de madera, que data del siglo XVIII, con cuatro columnas salomónicas y diferentes cuadros con imágenes de santos, que en la actualidad han perdido el brillo y el color original por el paso de los años.

 

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Sin embargo, conoció una época en la que estuvo muy poblado.

Lo demuestra la iglesia pero también estas escuelas y la cantidad de casas que nos encontramos derribadas, en pura ruina.

Según testimonio de vecinos, en la primera mitad del S.XX 45 infantes acudían a diario a estas escuelas de tan recia construcción, que alberga dos escuelas separadas según sexo, para un tiempo en e lque impartían clases dos maestros.

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Perogordo también tiene su blasón, pero no es de ningún noble.

Se trata del escudo de la otra época. Permanece en el muro de la fachada principal de las escuelas.

 

 

Y tiene también, en paralelo con su hermano Torredondo, su propio puente medieval.

Salva el Valle de Tejadilla y está integrado en el Camino Real de Ávila, usado durante siglos hasta la llegada de la Carretera N-110.

Está herido de muerte por la misma enfermedad que su compañero: el salvajismo de algunos sinvergüenzas y la desidia de quiénes deberían restaurarlo y protegerlo, pero están a otras cosas más importantes. Lo llevamos denunciando en esta página desde 2001, pero sin éxito.

Lo han despojado de su pretil porque han robado sus piedras.

Pero se puede restaurar y asegurar la fijación de las piedras.

 

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Cuando en una localidad vemos brocales, pilas, pilones, sillares... y todo tipo de elementos constructivos o dotacionales esculpidos en granito, esta condición detala bien a las claras su vocación de permanencia.

Sus creadores o promotores unieron dos conceptos utilidad y durabilidad.

Y, en muchos casos, uno más: belleza.

Y excesivas preocupaciones por su mantenimiento, aunque permanezcan expuestos a la intemperie.

El granito no es propio de Perogordo, pero existen canteras no muy distantes de la localidad.

 

 

Estos pozos con sus antiquísimos brocales, en espacios públicos, abastecían de agua sanitaria a la población.

Las piedras se expresan muy bien, y de ellas podríamos obtener muchos datos.

Con este brocal no han tenido mucho miramiento y han tirado por la calle de en medio a la hora de sacar una tubería.

Este tipo de caliza sí es propio de Perogordo, localidad asentada sobre una gran lastra de caliza que aflora en cualquier punto.

 


 

Perogordo está lleno de posibilidades que algún día se colmarán.

Tampoco hay prisa.

Cuenta con mucho espacio público y eso es una salvaguarda.

Aquí tienen su campo de fútbol y les sobra espacio para mucho más.

En ese momento están a tiempo de protegerlo para evitar avalanchas y atropellos que vengan impuestos unilateralmente, como tantas veces.

 

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