________Cuaderno Ð Madrona____

   

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Más Ð Madrona

 

Iconos de otros tiempos

 


 

Fotografía de José Luis López García (década de 1960)

 

La Casona

 

Designa este nombre la construcción que ocupaba toda una manzana.

Hoy su espacio lo ocupan varios bloques de pisos continuos cuyas fachadas dan a la Calle la Iglesia en su orientación a Poniente; Calle las Comadres al Norte y a Mediodía y Saliente, Calle Serafín.

Su fisonomía original fue la de un rectángulo formado por edificaciones agrarias como cuadras, almacenes, graneros, establos... y dos viviendas.

En uno de sus ángulos se levantó una torre de no mucha altura, a la que llamamos El Torreón.

Estas edificaciones siempre estuvieron vinculadas a la propiedad de Bernuy de Río Milanos, pero nunca alojaron a ninguno de sus propietarios.

No dispongo del dato de su construcción, pero creo que no es muy antigua, porque no consta en la documentación histórica del Ayuntamiento de Madrona.

Los últimos habitantes de La Casona fue Juan Callejo Valverde, conocido aquí como Juanito Relámpago y sus hijas Milagros y Máxima

 

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El Torreón

 

Formó parte de la fisonomía tradicional de La Peña, entorno en el que dominaba con su apacible presencia.

Su construcción era muy pobre.

Tan pobre que bastó el impacto de un camión (Donato, de Joaquina) mientras maniobraba para que se derrumbara más de su mitad.

Esto fue sobre 1975, apox.

El derrumbe puso de manifiesto su técnica de construcción: un encofrado de calicanto, con muy poca cal y mucho barro, con guijarros menudos.

Ni una sola piedra labrada, ninguna trabazón entre muros...

Cuándo lo observamos recién descompuesto (o derrotado, como se decía en otros tiempos) nos sorprendió que se hubiera mantenido tanto tiempo en pie.

 

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El Caño de la Peña

 

 

 

El único damnificado directo de este derrumbe fue el Caño de la Peña.

Una fuente de obra con dos caños y sus espitas, que vertían a un pilón amplio en el que se ponían los cubos mientras se llenaban.

Tenía una cornisa de piedra caliza muy bien labrada y el contorno superior de la pila cambien lo coronaban una serie de piedras de buena labor.

Debido a su ubicación, su diseño y su buen funcionamiento, prestó buen servicio a todos lo vecinos.

Cuando se destruyó, Madrona ya era barrio de Segovia, pero el nuevo Ayuntamiento no reaccionó a este daño, con responsabilidad identificada y fuera de toda duda.

Por mi parte reclamé reiteradamente, mediante crónicas en El Adelantado de Segovia, su reconstrucción y su vuelta a cuyo es.

Pero el Ayuntamiento de la ciudad nunca se interesó por ello.

Las piedras labradas desaparecieron y... hasta ahora.

Sirvió como prueba, una más, de la mezquindad con la que el Ayuntamiento de Segovia siempre ha tratado a Madrona, directamente proporcional al esquilmo que esta iinstitución ha perpetrado en los recursos de sus términos.

Ruindad y esquilmo siempre de la mano.

 

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La Peña

 

Topónimo no normalizado (sólo consta en las memorias de los madronenses) de este espacio en forma de plaza irregular, formado por el Huerto del Secretario, La Casona, la iglesia, la Casa Concejo y la Plaza de la Constitución.

Las lajas de roca caliza que afloran en esta pendiente, ahora cubiertas por una capa de asfalto, dieron nombre a este entorno.

En la imagen superior, en su base, se pueden apreciar partes de estas afloraciones de roca caliza.

El desgaste y pulido de su superficie nos hablaban de su secular presencia.

Y uno, cuando pisaba en ellas, sabía que era un acto de continuidad en el acontecer de nuestros antecesores, siglo tras siglo.

Era una presencia muy especial por su rotundidad, su inalterabilidad, su discreción y su blancura impoluta.

Hoy, debajo del asfalto estas lajas esperan mejores tiempos.

 

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El Huerto del Secretario

 

Este es el nombre que durante décadas identificaba un gran espacio dedicado a huerto en el mismo centro del pueblo.

Se debe a que su propiedad, desde principios de siglo XX la ostentaba D. Eleuterio Ayuso Casado, persona determinante en la historia de Madrona del S.XX.

Véase el espacio dedicado a este hombre en el apartado Hornacina de El Soportal.

Este huerto, durante siglos, se regaba con el agua procedente del Caz de Arriba, es decir, el que recoge el agua del Río Frío cerca de la pared del monte homónimo.

Tenía, además de la centenaria morera, múltiples árboles frutales que, como cabe deducir, estaban muy expuestos a visitas furtivas de jóvenes y mayores... a tiempo completo.

Se celebraron juicios de reconciliación en el Juzgado de Paz de Madrona tras las denuncias de D. Eleuterio por asaltos a su huerta y robos de frutas, sobre los que recaían fallos de multas y otras compensaciones por daños y perjuicios.

 

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El Moral

 

Se bautizó con este nombre a lo que en realidad era una morera.

Pero, como en tantas ocasiones, nos parece más nuestro si lo nombramos a nuestra manera.

La morera centenaria, perteneciente a la propiedad el Huerto del Secretario, se plantó en el ángulo que formaban la confluencia del muro de la Plaza de Oriente con el de la Plaza de la Constitución.

Siglos de crecimiento imperturbable engrosaron un tronco con un perímetro enorme, que pronto se dividía en varias ramas gigantescas de las que partía todo el conglomerado de vástagos.

Para coger las moras, nos adentrábamos en su interior, ascendíamos sin dificultad y con suma facilidad alcanzábamos las mejores.

Las moreras se pasan gran parte del verano dando esos frutos desbordantes de líquido rojo intenso, tan agradables al paladar.

Fruto sin ninguna tara, calmaban la sed, el hambre y proporcionaban al cuerpo sensaciones placenteras.

Nunca, causaron ningún cólico, como se llamaba aquí a los empachos, ni ningún otro perjuicio.

Durante todo el verano el contorno exterior de la pared del huerto recibía el impacto de las que se caían (siempre sobraron muchas) y se teñía de varias intensidades de rojo.

Del mismo modo, los tordos, grandes consumidores de estos frutos, se abastecían de estas moras pero en alguno de sus trayectos se les caían del pico e impactaban en las fachadas de las casas.

Fue muy frecuente ver fachadas con señales de moras debidas a estos pájaros.

De otra parte, esta morera recibía frecuentes visitas de criadores de gusanos de seda, por ser sus hojas el alimento de este tipo de insectos productores.

 

Fotografía propia.

Sobre el año 1980.

En esta imagen se aprecian bien las lajas de caliza pulidas por el uso secular de madronenses.

El Moral continuaba vivo y esplendoroso a pesar de la mutilación sufrida por un rayo.

 

Mal rayo la partió.

 

Fue muy comentado el suceso acontecido durante una fuerte tormenta.

Me resulta imposible concretar la fecha, pero calculo que sería sobre 1970, aprox.

Una descarga eléctrica, un rayo se dijo, fue directa al tronco de esta morera, de grosor y dureza enormes, y le partió en dos.

Además, la descarga mató a dos toretes o chotos grandes en el mismo momento.

La propiedad en ese momento era de la familia Sonlleva - De la Calle.

Y los chotos también.

Ante la fuerza y el poder de esta descarga, todo el mundo se percató de la nimiedad que supone casi cualquier cosa, y más los humanos, ante un fenómeno de esta naturaleza.

Sin embargo, la morera continuó su vida, un tanto mutilada, pero con el mismo esplendor exterior.

Con igual generosidad.

Hasta que el histórico Huerto del Secretario fue reconvertido a bloques pisos.

 

 

 

Plaza de Oriente.

Foto de José Luis López García, de la década de 1960.

El carro, probablemente, es el de Valentín Bravo Arribas (+1990, 78 años), casado con Consuelo Fernández García (+2005, 90 años)

A la derecha Huerto del Secretario con la morera centenaria.

Tras él, el Torreón de la Casona y la torre de la iglesia.

 

 

Moras de morera.

Imagen procedente de internet.

 

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La Mancha

 

La historia de las relaciones entre el pueblo de Madrona y el Ayuntamiento de la ciudad de Segovia que lo anexiónó en 1971, se caracteriza por varios componentes.

El primero es el de la asimetría entre las partes.

El Ayuntamiento de Segovia ha tratado a este pueblo únicamente como una fuente de recursos de los que se beneficia a diario, pero sin ninguna contrapartida.

Esta línea se mantiene hasta hoy, enero de 2024.

Recursos hídricos (diversas perforaciones para extraer agua con destino a la ciudad, ejecutadas en suelos que NO son del Ayuntamiento), de expropiaciones (como la ejecutada para depositar los resiudos del túnel del AVE la sierra), de recalificaciones (como la de clasificar en el último PGOU como suelo de uso militar decenas de hectáreas de suelo rústico ubicadas en sitios muy apreciados y estratégicos), de espacios, de impuestos.

Estas acciones son tan repetidas que ya forman un repertorio de agravios.

Para otra serie narrativa tienen fundamento bastante la desctrucción de la armonía del caserío mediante la autorización de bloques de pisos (autorización cuyo único interés es la recaudación) .

Contra el Lugar y contra su pobladores.

El mayor agravio de todos lo constituye la apropiación por parte de ese Ayuntamiento de la Dehesa Boyal de Madrona.

Sin ningún derecho, sin ninguna titularidad dominical que lo avale, en manifiesto fraude de Ley, el Ayuntamiento ejerce patente de corso para disponer de estos espacios.

¿Y cómo ejerce esta patente?

En la mayoría de casos mediante su destrucción, menoscabo de su integridad o mediante la permisividad o impasibilidad ante daños ocasionados por particulares sobre estos bienes.

Son escasas las ocasiones en las que su intervención ha sido en favor de los inmuebles o los ciudadanos, más allá de lo que a éstos les corresponden en calidad de vecinos y tributantes de la ciudad de Segovia.

Una de ellas puede ser la reforestación de El Plantío o el Arroyo Pozuelos con fresnos.

Y en esta serie de destrucciones y menoscabos, destaca la del Prado de la Mancha o Prado del Pueblo en su denominación oficial y secular.

Para no repetir el argumentario es recomendable verlo en este enlace: La Mancha y Prado del Pueblo.

O ampliarlo en este general que comprende todos los inmuebles de la Dehesa Boyal: La Dehesa Boyal Đ Madrona

 

 

 

Imagen cuyo origen y autor me son desconocidos (con toda probabilidad será José Luis López García su autor).

Se puede apreciar la integridad del Prado del Pueblo y uno de los múltiples aprovechamientos sociales que tuvo.

La fecha aproximada puede ser de inicios la década de 1.970, aunque sin ninguna certeza.

 

El Frontón

 

Particularmente no lo considero un icono, debido a su corta existencia en el tiempo y a su inadecuada ubicación, si bien conoció momentos de intensa emoción en algunas competiciones y encuentros.

Se edificó en 1945 por iniciativa e impulso de D. Anselmo de la Calle Orejudo, alcalde de Madrona.

Al contrario que El Torreón, esta edificación sí se llevó a cabo con los mejores criterios, materiales y construcción.

Como en prácticamente todas las obras públicas acometidas, los labradores y ganaderos de Madrona, y también otros vecinos, ayudaban con prestaciones personales y pecuniarias.

En este caso, el Sr. Aurelio de la Puente Bernardo (casado con María de Andrés Sanz) extrajo toda la piedra caliza empleada del paraje Los Azafranales y los labradores acarrearon todo ese material.

Lo derribó el Ayuntamiento de Segovia hacia 1992 para la actualización de la Plaza de la Constitución.

Los representantes de aquella corporación asumieron el compromiso de edificar uno nuevo y mejor en otra parte.

Se habló de las eras de la escuelas.

Todavía estamos esperando que lo cumplan.

En la foto pequeña inferior se aprecia la silueta del frontón, cuyo perfil se impone, inopinadamente, sobre el caserío.

Fernando Ayuso Cañas. Enero 2024

 

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