El Adelantado de Segovia publica el 27 de agosto de 2008 la siguiene crónica.
Cuando escribe "la localidad" hay que entender MADRONA
El arqueólogo alemán Antonel Jepure propone un replanteamiento del mundo visigodo tras estudiar la necrópolis de la localidad, donde se excavaron 351 tumbas de esa época .
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Guillermo Herrero
Guillermo Herrero - Segovia
Antonel Jepure, arqueólogo alemán, comenzó a interesarse hace una década por los visigodos (coetáneos de los merovingios, un tema sobre el que él era experto). En España, quiso centrar sus estudios en la provincia con las necrópolis de época visigoda más importantes, Segovia, resultándole entonces inevitable indagar en las excavaciones realizadas hace medio siglo por Antonio Molinero en Veladiez (Espirdo), Madrona y Duratón (Sepúlveda). Entre todas ellas, Jepure eligió Madrona para iniciar sus investigaciones.
El primer problema al que hubo de enfrentarse fue el de la falta de una monografía sobre los trabajos arqueológicos realizados. Los especialistas europeos de aquella etapa histórica conocían a la perfección los dibujos de las piezas halladas por Molinero, pero echaban de menos que aquel insigne arqueólogo en 2008 se cumple el centenario de su nacimiento hubiera escrito un libro o un diario.
Sin embargo, por el estudio de las colecciones de materiales procedentes de aquellas excavaciones que se conservan en el Museo de Segovia, Jepure sospechó que tal volumen debió escribirse, aunque no fuera publicado. Su siguiente paso fue tirarse la friolera de dos años buscándolo, en mil y un sitios de toda España. Al final, consiguió el premio deseado, pudiendo rehacer los diarios de las campañas que dirigió Molinero en la década de los 50 gracias a informes que se guardaban en el Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares) y en el Museo de Segovia, además de papeles conservados por la viuda de Molinero, desconocedora de su relevancia.
De Madrona, Jepure recuperó cinco diarios y medio millar de fotografías de excelente calidad (Molinero era muy buen fotógrafo, insiste), materiales que le permitieron hacer una reconstrucción detallada de la excavación llevada a cabo en la segunda mayor necrópolis de época visigoda aparecida en España, con 351 tumbas (únicamente superada por la de Duratón, que tiene casi el doble).
Como consecuencia del análisis minucioso de diarios, planos, fotos y piezas halladas, el arqueólogo alemán es capaz ahora de explicar el ajuar tipo de una tumba de época visigoda. Así, si es de una mujer, es casi obligada la presencia de dos fíbulas sobre la región pectoral, y un gran broche de cinturón, con celdillas de vidrio polícromo cada una con un diseño distinto. Abundan, también, los collares, y no resultan escasos otros abalorios como pendientes, anillos o brazaletes. A diferencia de las tumbas de mujeres, las de los hombres tienen escaso ajuar. En esa misma época, en Europa central se enterraban con armas; aquí no, explica.
Pero, más allá de establecer el estereotipo de una tumba de época visigoda, a este arqueólogo le interesa conocer cómo vivían los hombres y las mujeres de entonces. Cada sociedad deja su impronta en sus necrópolis; en un enterramiento se puede ver la foto de un momento histórico, afirma Jepure.
En ese sentido, el hecho de que la necrópolis de Madrona esté, a juicio de este experto, muy bien documentada, va a permitir la aplicación de modernos métodos para el análisis de tumbas, ya desarrollados en Europa central en camposantos merovingios.
Jepure ha querido hacer un replanteamiento del mundo visigodo, ya que entiende que nadie hasta ahora había cuestionado que las tumbas halladas pertenecieran a los visigodos, un dogma del que él no está totalmente convencido, dejando así abierta la posibilidad de que los enterramientos pudieran ser de grupos que adoptaron rasgos culturales de los visigodos, en un proceso de aculturación que espera aclarar en el transcurso de sus investigaciones.
De momento, Jepure defiende que las tumbas de época visigoda de Madrona (le gusta más esa designación que la de tumbas visigodas) reflejan una relación muy directa con el mundo bizantino. En cuando a cronología, estima, interpretando los hallazgos arqueológicos, que este mundo visigodo se extiende desde antes del año 500 hasta bien entrado el siglo VII.
El concienzudo trabajo de Jepure le ha proporcionado ya un reconocimiento, el de haber conseguido un premio de investigación de la Universidad de Würzburg por la revisión que está realizando de los visigodos.
Después de publicar una pequeña monografía del yacimiento de Veladiez (La necrópolis de época visigoda de Espirdo - Veladiez, editado por la Junta de Castilla y León), un trabajo que realizó como calentamiento para empresas más ambiciosas, ahora espera acabar antes de que concluya 2008 sus investigaciones sobre Madrona, de forma que pueda, por fin, centrarse en la gran necrópolis (visigoda o de época visigoda) de la provincia, la situada en el pequeño pueblo de Duratón.