| ________Cuaderno Ð Madrona____ |
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Clamores
Reivindicación de instituciones sociales
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemöller (pastor luterano alemán, 1892-1984)
* * *
Respecto
al Lugar de Madrona, decidieron y ejecutaron dónde, cuándo y cómo
les vino en gana:
- la destrucción del Prado de La Mancha
- la implantación de una industria química al lado de Perogordo
- la perforación en el Prado al Camino de Riofrío para extraer
agua destinada a Las Navillas
- la perforación de múltiples sondeos en el Prado del Plantío
Viejo para llevar agua a la Ciudad de Segovia
- la construcción de una cárcel en el término de Torredondo
- la construcción de un centro de tratamiento de basuras en Perogordo
- la expropiación de múltiples fincas de labor para verter los
residuos pétreos del túnel del AVE
- la reclasificación como suelo de uso militar de una enorme extensión
de fincas de labor inmediatas a la N-110
- la apropiación y el gobierno sobre todos los bienes del Lugar de Madrona
- la aprobación de los PGOU en función de los intereses de la
ciudad de Segovia
/
Todo esto ocurre desde que Madrona perdió su Ayuntamiento para ser anexionado, por procedimientos dictatoriales, al de la ciudad de Segovia en el año de 1971.
Hasta
ese momento todo se mantenía intacto y en su ser, tal y como había
sido mantenido y transmitido de generación en generación a través
de los siglos.
Pero, de no meter algún palo en esta rueda de apisonadora, seguirán
extrayendo y manejando todos los recursos que necesiten, o se les antoje, porque,
o no hay respuesta, o las habidas son insuficientes.
Y si tienen todo ganado y van tan sobrados no es por su razón, sino porque
encuentran el camino allanado por el desentendimiento de cada vecino respecto
a lo común.
No siempre fue así.
Los vecinos de Madrona tienen acreditados en su historia varios hechos que demuestran
su inconformismo y su resistencia ante las injusticias sobre el común,
ya desde 1491, y también otros que dan testimonio de su inteligencia
y buen hacer colectivo, como la compra del término en 1920.
Y, además de las instituciones oficiales, que hoy día se han vuelto
extractivas y actúan en muchos casos contra el interés general
y en fraude de ley, también han tenido los vecinos de Madrona instituciones
de gran valor social que han procurado mucho bien tanto a su vecindad como a
los particulares.
Algunas
de éstas son las cofradías, hoy desaparecidas salvo la de San
Antonio de Padua. Otras fueron las Hermandades y otra, la más antigua,
la de los Hombres Buenos de Madrona.
Aunque por el momento desconocemos el detalle de esta última organización,
se sabe que la componían un grupo de hombres que gozaban de gran consideración
social y eran dignos depositarios de confianza por parte de la generalidad de
vecinos.
Entre las funciones más importantes que tenían encomendadas estaba la de consulta, valoración y dictamen sobre todos aquellos asuntos que concernían al común de vecinos.
Estaban al servicio del interés general e intermediaban en conflictos para evitar las complicaciones y los gastos de los litigios que llegan hasta los tribunales.
Inteligencia en estado puro.
También hubo particulares que ejercían, cuando eran requeridos,
de hombre bueno en casos de disconformidad con herencias, repartos, pagos,
turnos, deudas, etc.
La peculiaridad de este tipo de instituciones tiene que ver con la base sobre la que están edificadas.
Esta
base es el consenso social según el cual el dictamen por ellas emitido,
o el veredicto, es vinculante para las partes, las cuales deberán acatarlo
en todos sus términos.
Hoy, cuando más facilidad existe para crear organizaciones colectivas,
es precisamente cuando menos tenemos y, en consecuencia, se echa en falta esa
conciencia social de pacto, de solidaridad, de fraternidad y empatía,
porque se han destruido intencionadamente los tejidos sociales, la conciencia
de que sólo en grupo se puede avanzar; porque cada individuo, privado
de su actuación social, queda reducido a un simple consumidor, que es
precisamente lo que a las supra-organizaciones, políticas y económicas,
les interesa.
Pero también es de justicia señalar que en Madrona lleva funcionando muchos años la Asociación de Vecinos Ntra. Señora de la Cerca, que despliega una gran actividad en el ámbito de la cultura, el deporte y otros eventos sociales.
La integra una gran cantidad de vecinos y personas relacionadas con el pueblo y goza de gran reconocimiento.
Funciona de forma impecable gracias a los esfuerzos de su junta directiva, pero le es materialmente imposible abarcar todas las cuestiones de los distintos ámbitos de la población.
Nadie
les puede exigir más de lo que hace, porque los fines de su actividad
son precisamente los que logra con éxito.
La reflexión que desde aquí se propone es la de que en Madrona
deberíamos contar con organizaciones, en el formato que proceda para
cada caso, dedicadas a la defensa del patrimonio de este Lugar, a la preservación
del interés general del conjunto de vecinos y también de los derechos
de los particulares cuando sufran casos de injusticias o anomalías por
parte de instituciones u otros particulares.
Debería
también existir algún tipo de organización bien acreditada
que sirviera en la intermediación y resolución de conflictos,
una especie de Consejo, en reemplazo de aquella de los hombres buenos
y también en sustitución de los antiguos Juzgados de Paz, en los
que se ventilaban conflictos con poco o nulo coste.
Siempre han existido, y existen hoy, desacuerdos sobre lindes, medidas de caminos,
derechos de paso, ocupaciones de espacios públicos o privados, servidumbres,
derechos de pastoreo, de aguas, de edificaciones, de paso, de luces
Los conflictos son algo consustancial a la condición humana y a los grupos
en los que se integran las personas. Lo que distingue a unos de otros es la
forma de afrontarlos para superarlos y seguir avanzando sin daños ni
perjuicios y sin menoscabo de la dignidad.
Las sociedades más avanzadas, no confundir con las más ricas,
aunque a veces coincidan, lo son por sus formas de organizarse. Pongamos dos
ejemplos. Noruega tiene su principal fuente de ingresos en el petróleo
y Venezuela también.
Compárense
y que cada cual obtenga sus propias conclusiones.
El segundo caso es el de Grecia.
Sabemos que ese país ha sufrido en su dilatada historia profundas crisis que han afectado a toda la ciudadanía; sin embargo, ha logrado superar todas ellas sin daños irreparables y sin casos dramáticos de sus ciudadanos.
Excepto la última, que está causando estragos de todo tipo.
La explicación es ésta: con la llegada de esta nueva sociedad tan "rica", con su individualismo autosuficiente como bandera, se destruyó una solidaridad natural que se activaba de forma inmediata en casos de emergencias, escasez o de apreturas.
Los ciudadanos tenían conciencia social e instituciones que, mediante la solidaridad y la interactuación, lograban minimizar las consecuencias de las crisis.
Pero con la implantación del último modelo de sociedad consumista, individualista y exhibicionista ya nadie necesitaba a nadie, todos eran autosuficientes, por lo que se destruyeron ese tejido y concienciación sociales, y con él todos sus mecanismos de apoyo y solidaridad, ya que nadie concebía la llegada de un retroceso económico.
Y
cuando quisieron darse cuenta resulta que estaban embargados por unas deudas
imposibles de amortizar y se habían convertido en los más pobres
del continente.
Pero, al mismo tiempo, comprobaron la verdad más dolorosa: cada uno de
los particulares se había quedado solo y desamparado ante su extrema
pobreza.
Cada
cual se desentendió del vecino. Y están solos porque todos contribuyeron
a crear esa forma de funcionar basada únicamente en la autosuficiencia
del individuo.
Esa sensación de soledad y desamparo ante los excesos y conflictos también
se percibe en Madrona.
¿Cómo luchar cada uno por su cuenta contra las imposiciones, los atropellos, las injusticias ?
¿Cómo resolver nuestras diferencias o conflictos de forma civilizada, sin intervención de los tribunales?
Porque en el modelo de sociedad en el que estamos, se mantiene una pasión infatigable por la privatización (privatización de beneficios y nacionalización de pérdidas), excepto en lo referente al ejercicio de la violencia.
Si nos hemos convertido en ciegos seguidores del modelo individualista norteamericano, los ciudadanos debemos reclamar también el derecho al ejercicio de la violencia, el derecho a la posesión de armas, tal y como ellos lo tienen. Para legítima defensa, por supuesto.
Y
tampoco hemos adoptado el funcionamiento de la justicia que ellos practican
respecto a los grandes saqueadores: nos hemos convertido en vulgares imitadores
de lo peor, en un capitalismo de amiguetes.
A los poderes de facto, públicos o privados, no les interesa en absoluto
que las personas piensen, se organicen y sepan defenderse de común acuerdo,
por eso fomentan el individualismo, el a quién más pueda y el
desprecio por las asociaciones.
Pero en Madrona las necesitamos especialmente.
Desde hace mucho tiempo.
Fernando
Ayuso Cañas.
junio 2017.
* * *