... y 3:

Más panorámicas

Otra panorámica del caserío.

Aunque parezca mentira, es el 7 de mayo de 2017, pero todo está agostado por una sequía atípica e implacable.

Desde el Camino de Abades se obtienen buenas vistas.

Todavía queda nieve en Navacerrada, pero el campo está sediento.

La torre de la iglesia de Madrona parece que está pendiente de toda la extensión que alcanza el sonido de sus campanas.

A lal izquierda se adivina, como un punto, la ermita del Santo Cristo de la Salud.

A la derecha, el Bosque de Riofrío.

Y cuando me voy, vuelvo la vista, porque no tengo miedo a convertirme en sal.

Qué va.

Y me voy con esta imagen que ya permanecía grabada en los registros de mi memoria, desde los tiempos en los que de crío, nos escapábamos para venír con Juanito, el de la Juana de Laurentino, que vivíeron aquí varios años, a buscar las pistolas y fusiles que nos dijo haber visto en un pozo.

Volvíamos, cada vez que lo intentábamos, desarmados y en casa nos esperaban para recibirnos con una buena ración de besos... inversos, de los que se dan con zapatilla o con látigo de atillos.

Pero el dolor no permanece, permanece la vivencia de aventura que nunca se borrará.

* * *

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