Patrimonio arquitectónico

Calle del Serafín y 2

También a esta calle le damos dos apartados.

Ex Caramelería de Arsenia

En el edificio intermedio de esta imagen estuvo durante varias décadas la caramelería (tienda de chuches sería hoy), aunque vendía también otros productos, y también vivienda de Arsenia Sonlleva Ayuso, casada con Félix el Cano, padres de Carmela, la cual no se dedicó a las chuches sino a la peluquería; casada a su vez con Melquíades.

Todo ello referenciado en El Soportal.

Mi hermana Inés, que gastó chupete hasta muy tarde, se venía ella sola a comprarse sus chupetes donde la Arsenia.

Hoy pertenece a la familia de Ángel Tuñon que la mantiene íntegra, original y bien conservada.

Es otro de los ejemplos de esa arquitectura muy antigua en la que todo lo principal (sala, cocina....) se situaba en lo más dentro de la casa.

Vivienda agraria originaria del matrimonio Mariano Ayuso Miguel y Paca del Pozo Palomo.

Se mantiene actualizada y en sus dimensiones originales con estos tonos y el esgrafiado en los dinteles de los huecos.

Ejemplo de que para mantener con dignidad los edificios no se precisa de grandes inversiones.

Edificio orignario del matrimonio Faustino Ayuso Rincón y Eulalia Bernardo Contreras, legado a su hijo Emilio, casado con María del Pozo Palomo.

Después pasó al matrimonio de Antonio Martínez y Mª Paz Zurdo, que lo tuvieron durante varias décadas.

Le siguó como propietario el médico de Segovia Alberto Orsikowski Cirujeda, quién pintó la fachada de color naranja vivo) y la habitó durante varias décadas.

Sin embargo, el actual ha realizado unas reformas que incluyen el respeto al original, aplicando muchas mejoras en todos los sentidos.

Esta casa pasó de un color naranja jarecrisna a lucir esta hermosa mampostería de buena caliza.

El mismo cambio ha experimentado en su fachada a la calle Norte.

Final de la Calle Serafín.

A la derecha, el edificio antes comentado.

A la izquierda, final de la casa de Carlos González Marugán y Eustasia Sacristán Sanz, que se mantine íntegra e incluso ampliada con otra vivienda que hubo donde ahora vemos esa puerta amarilla de la izquierda, y que comprender múltiples edificaciones y patio amplio.

La siguiente es la de Gema Arranz García, edificada sobre una antigua y final la de Eusebio que ahora veremos.

Vemos cómo el estacionamiento de un sólo vehículo, y no muy grande, puede bastar para taponar toda la calle en este punto.

Ex guateque Cosmos DC

En la parte donde vemos la puerta de chapa amarilla estuvo la casa (antiquísima) que ocupó la familia de Justo Antona Antona Moreno y Candelas González Fernández. con sus hijos Juan Miguel, Ignacio y Justo.

La familia emigró a Francia y la casa quedó semi abandonada. Hasta que llegó el guateque Cosmos DC. Después lo agregó a su propiedad el vecino Carlos González.

El Cosmos DC lo fundó mi panda, aunque en mi caso ya había aprendido el oficio de pincha algunos años antes con José Mª Otero en el Factory Club.

Fue el único guateque estable, coetáneo de los otros nombrados, cuyos fundadores y promotores no tenían equivalente femenino para este ocio.

Las chicas de la misma quinta los preferían mayores y las de igual o menor, no encontraron acomodo en nuestra panda ni en este local.

En consecuencia, con estos mimbres, aunque tuviéramos muy buena música y predisposición, pocos cestos cabía esperar.

De hecho, ninguno de sus componentes se casó con chica de Madrona.

Y hubo algún verano que subimos en bici, con los trastos al hombro de mala manera, a instalarlo a Fuentemilanos, pueblo limítrofe y tradicionalmente excedentario en chicas.

El nombre se debe a la marca del tocadiscos con el que se inició: Cosmo. Y lo del DC es un farol que nos marcamos, aunque atenuado en sus siglas: Discoteca Club. Por nombre que no quede...

Casa agraria de la familia del matrimonio Eusebio de la Calle Valverde y Marganita Martín Cañas. Se mantiene íntegra y restaurada con mucho acierto. Una amplia fachada da a la calle Norte.

Si nos fijamos en la imagen, se hace difícil de entender cómo esta fachada rompe la línea recta que trae de las anteriores y se abre hasta agotar el espacio de acera que traía.

Esta desviación de línea es antiquísima; pero la línea recta simpre ha sido la misma, y la lógica también.

Esto es algo que se repite con tanta frecuencia en Madrona que uno llega a pensar si en algún tiempo pasado fue norma de obligado cumplimiento el hacer las calles con perfiles de sierra.

Se trata de un edificio muy antiguo pero muy bien construido que no desfallece con el paso del tiempo.

Ahora veremos en detalle su arco.

plazas y calles

Camino del Simarrón