| ________Cuaderno Ð Madrona____ |
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Patrimonio arquitectónico
Calle de las Eras
Otra calle como la de Comadres: corta, estrecha, aunque menos irregular por cuanto tiene más líneas rectas; y ahogada, al menos hasta que sale al espacio que le da nombre: las eras.
Comunica o une la del Molino con la Plaza de las Eras del Mercado y el Camino al Prado del río Frío.
También con pocos vecinos pero con bastante tránsito debido a su situación y servicio de enlace.
Ha pasado de ser una calle de cercados y cuadras hasta 1984, a estar completamente construida con buenos edificios, como veremos a continuación.
Empezamos con la que inicia la calle, que también aparecerá en Calle Transformador porque a ambas calles pertenece.
Se trata de la construida por Alberto Segovia Bernardo en un corral originario de sus abuelos Miguel y Florentina.
La ha terminado en 2017 con este resultado tan atractivo e interesante.
La combinación de la piedra caliza, los huecos y el reparto de alturas en sus tres módulos capta la atención y gusta pero te retiene la mirada por mucho tiempo.
Casa de Felicitas y Manolo, construida en un edificio agrario de la familia de Ulpiano Martín Cañas y Antonia Gutiérrez Tejedor.
Mantiene un estilo acorde con el mayoritario en esta calle y su sencillez con la piedra caliza la confiere belleza, contundencia y sosiego.
Las humedades, por su parte, ascienden incluso por la piedra caliza, aprovechando su consistencia y su porosidad.
De las aceras, lo dicho.
Domus Davidica
Seguida a ella, aunque anterior, como se ve, está la de David López García y Magdalena; construida, creo, sobre 1990.
La alusión a los cercados y corrales se comprueba en esta imagen: en primer lugar, cercado de los Cañas y al final, el corral donde ahora está la de Alberto.
La de David también se edificó sobre una segregación de un cercado de su padres Silvano López Bernardo y Resurección García Llorente.
David es un artista de la piedra y un creador de artesanía.
Esta casa contiene muchas de sus obras y es un tanto museística.
Siguiendo la tradición de la casa donde nació, El Arca de Noé, él también ha puesto nombre, en este caso en latín, a su casa, y así consta en una inscripción exterior.
También ha añadido un elemento que fue tradicional en gran parte de los tejados en Madrona: la veleta.
En este caso se trata de una veleta de las buenas buenas, por cuanto no le falta su gallo ni sus puntos cardinales...
Tiene varios arcos de medio punto construidos con dovelas de piedra caliza perfectamente labradas por su dueño.
En su valla se puede contemplar un pequeño museo de piezas de piedra caliza natural labradas a la perfección -como los antiguos maestros canteros- con los más diversos motivos religiosos y profanos diseñados y labrados por David.
Esta es la siguiente a Domus Davidica, con la que ha terminado de desaparecer el cercado.
De María González Cañas.
Es la primera de una serie de tres, edificadas en el antiguo cercado familiar del matrimonio Alfonso Cañas Llorente y Felicitas de la Calle de Castro, pertenecientes ahora a tres nietos.
En cuanto al estilo constructivo, ninguna de las tres comparte algún elemento o tono con las demás.
Esta primera de María, parece la más castellana por su combinación de madera, cerámica de barro, verjas, piedra caliza y muros de tonos suaves.
La cornisa con canecillos de madera también supone una aportación de belleza.
Es una fachada preciosa pero como se echa encima de la calle, renuncia a la perspectiva y parece querer imponerse.
(Las juntas de caliza con cemento negro nos hacen un extraño).
Ex Casa del Correo
Esta es la última de la acera izquierda, con fachadas a dos aires, y se trata de la propiedad de la familia de Ulpiano Martín Cañas y Antonia Gutiérrez Tejedor.
Y aquí es necesario hacer un alto para destacar la figura del Sr. Ulpiano.
Ulpiano fue labrador, si bien yo le recuerdo nítidamente con su enorme cartera de piel histórica, colgada de su hombro mediante una gran correa, en su recorrido metódico de cada día, de forma serena, las calles del pueblo.
Condecorado excombatiente de la guerra y, durante varias décadas, cartero oficial de la localidad de Madrona, sus anejos y sus casas de labor.
Un tiempo en el que la dirección postal fue el nombre, el pueblo y la provincia.
Y nunca hubop equívocos de cartas mal ubicadas.
De haberle tocado vivir en otros otros tiempos, por carácter y buen hacer, con toda seguridad que Ulpiano hubiera pertenecido al grupo de los Hombres Buenos de Madrona (es una reflexión personal en voz alta, debida a los buenos recuerdos y a un consenso social general en su época).
Esta casa ha sido reconstruida por su hijo Ángel y su esposa con un gran acierto respecto a esta fachada.
En arquitectura se cumple a menudo la regla universal de que menos es más y este es un ejemplo.
La piedra que ha quedado un tanto descolocada es la esquinera, de las tradicionales en este lugar, cuya función es la de proteger de impactos el vivo de la esquina.
Esta serie de viviendas ocupan lo que en origen eran cercados que daban a las Eras del Mercado y a las Eras de las Escuelas.
De las dos primeras por la izquierda, la primera, que veremos con mayor detalle más adelante, es de una sola planta y pertenece a la familia de María de la Calle Sánchez y Filillo García Sacristán.
Más acá, y lindera, la sigue la de Natividad de la Calle Sánchez y Vicente Martínez Zurdo.
Ambas construidas en un anterior cercado de los padres de ellas: Paco de la Calle de Castro y Asunción Sánchez Bravo.
Las tres que siguen son las de los hermanos Jose, Víctor y María González Cañas, construidas en el cercado de sus abuelos Alfonso Cañas Llorente y Felicitas de la Calle de Castro.
En cuanto a los estilos exteriores, como se ve, aquí cada cual ha tirado por donde ha querido con unos resultados muy propicios para el debate.
(Del debate sale la luz... y no pocas veces, también el calor...)
Casa de Natividad de la Calle Sánchez y Vicente Martínez Zurdo.
Muy veterana pero con un estilo que no pierde vigencia.
El retranqueo hacia el interior del solar, confiere a las viviendas perspectiva y elegancia y ensanchan el espacio porque no se echan encimade la calle o calzada.
En la época en que la construyeron (y en épocas también anteriores), se apostaba por el granito en la parte baja para salvar las humedades y dar consistencia y durabilidad (sin mantenimiento) al edificio.
En la combinación presente vemos un acierto en su resultado.
Esta es la de Filillo y Mari, más en perspectiva.
Es la más veterana de todo el conjunto.
También apostó en su día por una base de granito, algo muy comprensible teniendo en cuenta la proximidad del río y las humedades de las que hay que defenderse.
También en el tipo de tejados cada cual anda a su aire, y tenemos todo un abanico de materiales, clases, colores, tonos y formas....
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