Patrimonio arquitectónico

Plaza de Oriente 1

Le sigue a la de la Constitución en veteranía, importancia y también en sentido físico por cuanto son contiguas.

Entre sus características más relevantes están la de su orientación, de dónde toma el nombre; su trasiego, porque sirve de distribución de varias calles y también de cruce; y la de su concurrencia, dado el número de familias que la habitaron, habitan y transitan.

La atravesaba una cacera de obra construida en paraleo a la pared oeste del Huerto del Secretario (D. Eleuterio Ayuso Casado), pero el elemento más grabado en la memoria es la majestuosa y centenaria morera en el ángulo norte del huerto, que daba a la Plaza de la Constitución, y que suministró moras de forma fácil y generosa a todos los vecinos.... y a millones de aves.

Asimismo, fue esta plaza, en su mismo centro, el lugar donde funcionó una fuente con nombre propio y asaz concurrida.

Se lla nombraba como La Bomba, nombre tomado del artilugio con el que estaba equipada para obtener el agua con facilidad, debido a una gran manivela, similar a la que usaban las máquinas de limpiar antes de la llegada de los motores Campeón.

Un ingenio interesante alojado en una caseta de obra, que de igual forma preservaba las condiciones de higiene y de integridad de esta fuente.

Fue retirada hacia 1950 y el pozo que la abastecía, inutilizado.

Una verdadera pena.

En la actualidad, y debido al desorden constructivo consentido por el Ayuntamiento de Segovia, se ha perdido la oportunidad de su mejora con nuevos trazados y estilos armónicos, y adolece de irregularidades, estrecheces y ahogo, aunque ha ganado en árboles y sombra.

Ex Fuente La Bomba

Esta imagen la tomé en 1988 u 89.

Se arregló esta plaza antes que la la Constitución.

Y vemos aun la pared del Huerto del Secretario con El Moral aun vivo.

La foto recoge a Miguel Segovia Martín (+2006, 104 años), con su hijo Luciano (Nano) y su nieto Alfredo en charla tranquila.

Y sin coches.

Esta es la contrapuesta a la anterior, pero muchos años más tarde.

El bloque de pisos de la izquierda es el construido en el antiguo huerto mencionado.

El del fondo a la izquierda es el levantado en lo que fue la casa de Emiiano Cañas Llorente y Nicanora Cañas Bernardo.

Sólo la línea derecha se ha salvado, de momento, de la conversión a pisos.

Esta casa blanca, para los ajenos, no tiene nada de especial, salvo que da a dos plazas, la de Oriente y la de la Constitución, lo que conlleva el poder observar todo el trajín que por ellas acontece.

Pero como es en la que yo nací, os cuento un poco.

La mandó construir mi padre, Lauro Ayuso, en un terreno herencia de su suegra, Demetria Antón (hermana de la Tía Isidora, casa contigüa).

Mi padre hizo todos los portes de materiales con su carro y su yunta para que Los Isaías la edificaran en el año 1954.

Isaías era un buen albañil, muy trabajador, y en el tajo exigía a los demás tanto como a él mismo, así que de cuando en cuando se le oía gritar su frase favorita cuando observaba a un peón, ya fuera de choque o de cuerda, distraído: ¡¡ prefiero ver a un tío muerto antes que parao...!!

En ella nacimos sus cuatro hijos, aunque Felipe falleció con un año y medio, y pertenecemos a la última generación que nació en su propia casa.

Hasta el año en que emigramos a Valencia, 1966, esta pequeña casa la habitamos en estrecha convivencia con dos o tres vacas, uno o dos terneros (según época), un burro, una docena de gallinas y, en verano, se agregaba una cuadrilla, la misma cada año, de unos 5 o seis gallegos para el periodo de siega.

Dormían en el pajar de la planta de arriba, previamente aseado por mi padre.

Surge una pregunta: ¿cómo es posible vivir tan próximos a tanto bicho y no haber padecido nunca de piojos, liendres u otros ácaros; ni de herpes ni de ninguna otra enfermedad propiciada por la proximidad y contacto con estos animales en tan poco espacio?

Esta es la respuesta: a base de mucha limpieza y siempre contando con la ayuda inestimable de un producto bien conocido en aquella época, porque en todas las casas se utilizaba.

Es este bote de Zotal, tan simpático y de olor tan inolvidable:

Como decía, esta casa es muy pequeña, pero atentos al contenido.

En la planta baja: dos dormitorios, uno con alcoba; cocina, despensa, sala o saloncito, cuadra, gallinero, pesebrera, espacio para una cina de leña y otro para útiles de labranza y un excusado para necesidades personales.

En la planta de arriba: sobrado con múltiples trojes y un buen pajar con su bocín.

Era una casa de labrador pero en forma compacta.

Muy compacta pero con un aprovechamiento extraordinario.

Ha tenido varias reformas y actualizaciones, la más importante en 1975, con Isidro González y su hijo, Julio como albañiles y con Lauro, Olegario Martínez Zurdo y un servidor como peones polivalentes (cuerda, choque, transporte..).

Ahora es de propiedad de mi hermana Inés Ayuso Cañas (Olegario).

Tengo muy buenos recuerdos de ella y su entorno, como La Morera, la familia Esteban Fuentes y su casa desprendiendo aromas de tahona... pero ya os he dado bastante la brasa.

En la misma línea que la anterior y lindera, Juan Manuel Sonlleva de la Calle construyó en 2007 la de esta imagen con un estilo propio y único en Madrona.

Puede que su estilo sea más afín a la otra Castilla, a la Nueva, que es donde vive él, pero es un estilo igualmene cercano y bello.

Sacó el máximo provecho al pequeño solar, antiguo almacén, y ha obtenido este magnifíco resultado.

El interior aporta buenas soluciones para obtener espacio y luz natural para todas sus estancias.

La imagen deja verlo a través del balcón derecho.

El solar es una segregación del originario de sus bisabuelos Basilio Antón y Timotea Vara Redondo.

Las rejas de forja proceden de la provincia de Ciudad Real, y merecen una especial atención por su valiosa factura, que recuerda cierta orfebrería.

En cuanto a las mangueras de cables... a lo suyo.

Ex Tahora Vicente Esteban - Felipa Fuentes

Esta es la vivienda y ex tahona del matrimonio Vicente Esteban de las Heras y Felipa Fuentes Cañas, donde tuvieron y criaron a sus siete hijos.

Casa grande, que se prolonga hasta la Calle de la Fuente.

Su portada tiene un arco de medio punto en caliza muy bien tallada, aunque mutilado (para cuadrar la puerta..., aunque esta fechoría se remonta a una época muy anterior y se conoció cuando se picó la fachada) y su estética es genuina castellana, de gran empleo en Madrona.

Es una de las pocas muestras de románico civil que tenemos en este Lugar.

Fue la última panadería y horno en activo, con Ángel Esteban Fuentes y Rosa Gómez del Caz.

Hasta su última fase se adquiría el pan con tarja.

Por las mañanas llenaba la atmósfera del entorno con inolvidables aromas de pan, de bollos, de hornazos, de asados...

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