________Cuaderno Ð Madrona____

   

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________El Sotillo___

 

 

 

El Sotillo en una imagen tomada en otoño de 2005

 

 

Cartografía del IGME (suplementada)

 

 

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El Sotillo es un paraje colindante con el Soto de la Grajera, que contiene una casa agrícola o caserío, llamada Casa del Sotillo, perteneciente al término de Madrona, localidad de la que dista 1, 4 Km. por la carretera SG-P-7211, en dirección a La Losa.

 

Figura así, como finca cercada, en los apeos del Cabildo Catedral del año 1447.

Constituye desde esa fecha una de las múltiples propiedades de Digarias el Viejo (Diego Árias Dávila) iniciador de la poderosa familia de los Árias Dávila, desde cuya tercera generación obtienen el título de Conde de Puñonrostro.

El Sotillo lo habitan sucesivas familias de renteros, procedentes de Madrona, hasta aproximadamente 1945.

 

Los renteros y aparceros utilizan esta finca para su actividad agraria que realizan fuera del recinto cercado, en enormes extensiones cerealistas, prados y sotos, todo ello propiedad del citado conde.

Sin embargo, ya antes de la mecanización del campo, en la década de los 50 se despuebla, si bien se mantiene el edificio y el entorno.

La finca cercada, que se mantiene fiel a la original, cuenta con una extensión de 30 hectáreas y por su valle cruza, después de dejar el paraje conocido como El Simarrón, el Arroyo de la Cueva, formado en el colindante término de La Losa por la unión del Arroyo Ceponillos y el Arroyo de la Barraca.

 

 

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En la visita que realizamos en julio de 2012 comprobamos que las transformaciones que se estaban aplicando guardaban un fiel respeto por el estilo original.

 


 

Este templete es nuevo.

Construido en la fachada principal de la edificación.

No sólo sintoniza perfectamente con toda la construcción, sino que le añade belleza y castellanía.

El estilo del tejado es puramente segoviano, con líneas de tejas sin cobertera.

 

 

Ángel Reques nos explicó con gran detalle las obras de transformación y su idea de conservación que trataban compaginar.

De izquierda a derecha: Ambrosio Moreno, Emilio Barrocal, Ángel Reques y Goyo (Gregorio).

 

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Propiedad

Familia Reques



De la familia Árias Dávila pasa a ser propiedad, de Teresa Pujadas y Maldonado, casada con Alfonso Velarde y Piñera, (Conde de Velarde, vizconde del Dos de Mayo. Madrid, Getafe, (fn 03.12.1916 - † Madrid, 15.03.2008).

En el año 2011, los descendientes de este matrimonio venden la finca cercada y los edificios a la industriosa familia de Ángel Reques, del vecino pueblo de Fuentemilanos.

La familia de Ángel Reques inicia en el año 2012 un plan muy extenso de transformación puesto que abarca a toda la finca, y principalmente a su edificio más significativo.

Este edificio cuadrangular, formado por cuatro grandes naves como estructura principal y con un gran patio central se destinó a almacenes, cuadras y viviendas.

La idea de estos nuevos propietarios es la reconvertir el uso esta finca para destinarlo al sector de la hostelería.

Pero quieren llevarlo a cabo desde el respeto a la arquitectura original del edificio principal, mejorándolo y resaltando sus elementos más característicos, entre los que se encuentran los artesonados, los muros de caliza, el patio y otros.

Después de muchos sacrificios y una inversión muy importante, su resultado se puede calificar de prodigioso, porque han sabido obtener y destacar las virtudes de las antiguas construcciones y lo han complementado con unas transformaciones que, lejos de perturbar la imagen original, la mejoran y engrandecen.

Un éxito que elogian cuantos lo visitan y que estimamos por todo lo alto quienes lo hemos conocido en su estado anterior.

Ojalá su actividad actual, destinada a actos sociales y de empresa, les compense este gran trabajo.

En su página web se puede ampliar esta información y comprobar cuánto aquí se dice.

 

Finca Las Margas


 

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Hemos tenido la oportunidad de ver el edificio en plena transformación y después, ya en activo, como establecimiento hostelero.

 

 

 

La familia Reques es experta en el tratamiento de maderas, así que este artesonado lo han recuperado rozando la perfección.

 

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Reflexión en torno al nombre actual



Con esta gran transformación la familia Reques también procede a cambiar el histórico nombre de El Sotillo por el de Finca Lasmargas.

Este es el nombre comercial con el que figura actualmente.

Se trata de una decisión soberana, pero, aprovechando este espacio, me tomo la libertad de aportar un comentario.

Esta finca ha recibido una transformación integral, porque su entorno también se ha enriquecido con la plantación de muchos árboles y arbustos de distintas especies con un buen gusto y un acierto que están fuera de toda discusión.

El resultado es el de que, efectivamente, por su fisonomía actual, ya casi es otra finca.

De otra parte, El Sotillo es un nombre muy común y, por tanto, repetido en Segovia y provincia.

En consecuencia, la familia Reques decidió singularizar este topónimo oficial, y asignar otro nombre y, con toda la legitimidad, eligió el nombre de un tipo de piedra muy común en estos parajes: marga. DRAE: Del latín marga, voz de origen celta. Roca más o menos dura, de color gris, compuesta principalmente de carbonato de cal y arcilla en proporciones casi iguales, y que se emplea como abono de los terrenos en que escasea la cal o la arcilla.

Se trata, como vemos, de un nombre original, bonito, apropiado e incluso muy comercial para esta finca y su negocio.

Sin embargo también es cierto que destierra completamente el topónimo que consta en todos los documentos conocidos desde la fecha indicada arriba: nada menos que desde 1447.

En Madrona todavía viven personas que han conocido El Sotillo en plena actividad, cuando incluso tenían su propio patrón (dato que incorporaré en cuanto dé con él) al que dedicaban una fiesta principal. El Sotillo puede que sea un nombre frecuente, pero no es un nombre feo ni simplón.

Por eso me permito hacerles una propuesta, aunque sólo sea más para quedarme a gusto.

Las margas es un nombre genérico y común y Lasmargas no existe por ser una composición inventada a partir de la unión de un nombre común con un artículo.

in descartar, por su acierto, el término las margas, que no deja de ser, como decimos, un genérico común, como los girasoles, o los enebros..., le habría completado con el término concreto y nombre propio e identificativo de El Sotillo. Las Margas del Sotillo

Con ello no se perdería este nombre que tiene un peso y entidad propios desde hace, como mínimo, 5 siglos.

En fin, se trata de un apunte, aunque en Madrona siempre nos entenderemos con el nombre original de El Sotillo.

 

 

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Imagen antigua (de finales del S.XX), tomada en carrete y escaneada.

 

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fleizazul.gif (954 bytes) árboles para la vida Fin de esta serie.